Hola a tod@s,
Esta semana subí pronto a casa de Antonio y, como le había regalado este juego a Anika, pues decidimos probarlo antes de nuestra partida semanal. Para ello se apuntaron Anika y su hermana Marina, mi ahijada, a las que mando un besazo desde aquí.
Ya por la portada enseguida te das cuenta que no es un Dungeon, je je je. Efectivamente, se trata de un juego para niños, y muy bien construido y pensado, por cierto. Existen varias reseñas sobre el juego, esta es una más.
Lo primero que destaca es la originalidad de la mecánica del juego. Tan solo se trata de ir desplazando unas figuras por un tablero cuadriculado repleto de símbolos hacia uno en concreto. Cuando llegas a él, coges el símbolo, te o quedas y sacas otro. El primero que consiga cinco ha ganado. Así de simple.
Al comienzo del juego, cada pieza - mago, comienza en una esquina y un jugador saca una ficha - símbolo de una bolsita opaca. Esa fichita se coloca sobre el tablero, en el símbolo correspondiente, y es ahí a dónde los jugadores deben dirigirse.
Acontinuación, por turnos, los jugadores tiran un dado y se moverán tantas casillas como el número que indica el dado.
¿Y dónde está la dificultad? Pues aquí viene lo ingenioso del juego.
Las piezas que mueves tienen un imán debajo. Lo que hay que hacer es poner una bolita de acero, que por supuesto viene con el juego, debajo del tablero, de forma que al mover la pieza se mueva también la bolita.
Debajo de ese tablero cuadriculado hay otro tablero donde se colocan unas piezas formando un laberinto de paredes. De este modo, si la pieza atraviesa por una pared, se caerá. El efecto es como si te dieras con una pared invisible. En este dibujo lo verás mejor.
Cuando la bola cae acaba tu turno y, como en un billar o futbolín, la bolita aparece en una esquina, para que la vuelas a poner junto con la ficha en tu esquina. De esta forma, según avanza el juego, vas aprendiendo el recorrido oculto del laberinto, cosa medianamente fácil para un adulto, pero difícil, divertido y misterioso para un niño.
Las piezas pueden ser cambiadas a gusto del consumidor o niño, y poner las que quieras, desde una ficha hasta 25 que trae el juego, aumentando así la dificultad considerablemente. De esta forma, el juego es siempre diferente, lo que le añade un punto más a su favor. Además es un juego rápido. Nos echamos 3 partidas y no llegaron a 30 minutos, la verdad.
En resumen, es un juego perfecto para niños pequeños, yo diría que hasta 10 años. Estuvimos jugando con Ramoncín que creo tiene 4 años y perdió el interés pronto, es lo que tienen estos niños a esa edad.
Sin embargo Marina y Anika, con 7 y 9, se lo pasaron genial. A Marina le costaba un poco recordar el recorrido, sin embargo, en la segunda partida arrasó.
Ahora que me acuerdo, también jugamos el jueves con Oscar que sentía curiosidad por el juego y habíamos subido a ver a nuestro Atleti a casa de Antonio. Con sus 12 años ya se le queda grande, aunque yo creo que era por los rivales que tenía. Es posible que con chicos de su edad pudiera aguantar un par de partidas con 25 paredes invisibles.
Recomendado al 100%. Es un pelín caro para mi gusto pero está muy muy muy bien diseñado y eso señores, se paga.
GUAPAAAAS!! |
Bueno, y tras la partida infantil nos reunimos Ana, Ramón, Antonio y yo. No sabíamos bien a qué jugar, bueno, no es correcto, Ramón y yo llevamos semanas queriendo jugar al Cyclades y probar la expansión, pero no hay manera.
En esta ocasión, Antonio estaba pachucho y no tenía buen humor. Bueno, más o menos como siempre, pero peor, así que asumió las funciones del Gran Dictador (Nino) y solo aceptaba jugar al Mus.
Jugábamos Antonio y yo como pareja y Ramón y Ana como contrincantes, y la verdad es que se nota que son hermanos, no les iba nada bien, je je je. Tras un 2 - 0 sin despeinarnos y con Antonio malo, decidimos cambiar de parejas, así que me puse con Ramón y Antonio con su señora esposa. Yo creo que era una treta para convencerla de algo esa noche, je je je.
El caso es que nos metieron el anterior 2 - 0 sin despeinarse tampoco.
Y entonces fue cuando dije, 'no pasa nada, vamos a ganar 3 - 2' Y así fue. Empezamos a pillar a saco. Yo no he cogido tantas 31 en mi vida y mi compi pillaba pares, o chica, grande, en fin la leche.
El caso es que cuando estábamos 2 - 2, nos quedaban 3 amarracos para ganar y le eché un órdago a pares a Ana que, dormida ya desde hacía 15 minutos, va y me saca un dúplex de Reyes - Ases.
Antonio se puso como loco, HEMOS GANADO, TOMA, TOMA, TOMA.
Estuve por guardar las cartas, pero mi religión me lo prohíbe, así que tras esos segundos euforia le dije que mirase mis cartas que ya estaban en la mesa. Dúples de Reyes - Cincos.
Lo siento Antonio, otra vez será. Espero que tuvieras más suerte con Ana esa noche ;-)
Si tuviéramos barbacoa...
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